Hace meses que tenía ganas de visitar la Montaña de Colores pero varios me habían dicho que era muy cansado, muy frío, muy lejos, etc. Yo, terca forever, decidí que tenía que comprobar por mí misma que tan cierto era todo eso. Así que el Sábado pasado fui! A ver, primero les cuento un poquito sobre mí. Nunca he sido deportista ni nada parecido (en realidad soy recontra sedentaria) pero hace varios meses que empecé a ir al gym de Lunes a Viernes y creí que eso me iba a ayudar! Me recogieron en un punto cercano a mi casa a las 4:00 a.m. y salí super abrigada y preparada: Polo, chompa, casaca de trekking, chalina, literalmente TODO. El tramo en bus era de 3 horas así que me puse a dormir casi todo el camino. Llegamos a un pueblito a las 8:00 para tomar desayuno y luego seguimos por 20 minutos más para llegar al punto inicial de la caminata. Yo super motivada, con el reto personal de llegar a la cima y mis pulmones de la sierra (ya son 05 años aquí) empecé feliz. Los primeros 30 minutos todo bien pero luego empieza la parte difícil porque te encuentras con una subida empinada y te falta el aire. Cada 05 minutos te encuentras con pobladores que te ofrecen llevarte en caballo hasta la montaña pero la verdad yo quería llegar caminando y juraba que podía. Cuando ya faltaba poco, tuve una caída estrepitosa que me lleno la mitad del cuerpo de barro y de verdad que me vi SÚPER tentada a usar un caballo porque ya no daba más! Después de dos horas y algo llegué (muriendo) a la montaña de siete colores. La verdad, no es lo que ves en internet, aunque depende mucho del clima y el día que te toque. La montaña tiene diferentes minerales que hace que se vea de distintos colores, pero la verdadera magia del lugar esta en la vista alucinante que tienes durante toda la caminata! Hace que te desconectes totalmente de lo cotidiano y te conectes con la naturaleza en toda su magnitud. Aquí les dejó la foto real que tomé y la misma foto editada en mi celular. INFO & TIPS
Creo que es una experiencia que cada uno debe experimentar para saber si realmente vale la pena. Para mí fue genial poder llegar hasta la cima y lo más espectacular fue la vista de los nevados. Lo volvería a hacer? Probablemente no. Es una de esas cosas que haces una vez en la vida. Seguro que muchas son mas fitness que yo y lo harían sin problemas! De todas maneras, fue un día que quedará en mi memoria. Has ido para allá? Que tal tu experiencia? Si tienes alguna pregunta, escribeme!
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Desde que te enteras de que estas embarazada empiezas a tener una montaña rusa de emociones, y una pila enorme de preguntas, dudas y miedos. Entre mis dudas estaban las más cotidianas y otras más profundas:
Mi embarazo fue libre de síntomas, a excepción de odiar algunos olores (Nuggets, salsa roja, etc.) Hasta los 8 meses seguía mi rutina de siempre, claro, durmiendo más de la cuenta y comiendo como loca! A la mayoría de controles fui sola, y me sentía tranquila. Siempre creí que podía hacerlo todo yo sola y que así era mejor. Sin estrés, sin nadie que me juzgue, todo a mi tiempo. Buscaba tener todas las ecografías posibles en todas las dimensiones para poder conocer más a esta personita que pronto llegaría. Mientras me acercaba a los 09 meses, todo se volvía más complicado. Me hinché por completo hasta el punto que ningún zapato me quedaba. Aparecieron las temidas estrías en todo mi cuerpo y ya no podía más. Una de esas noches en las que me levantaba 500 veces para ir baño sentí algo raro, fue la primera contracción.
Después de varias horas de trabajo de parto y mis intentos fallidos por tener un parto natural, terminé en la sala de operaciones para una cesárea de emergencia a las 4 am. Agotadísima, me quedé dormida durante toda la operación y desperté al mediodía. No tenía idea de donde estaba, solo sabía que estaba confundida, adolorida y nerviosa por conocer a Cayetana. Tal como me lo contaron amigas y todos los comerciales y videos que vi, esperaba con ansias el ¨camión de emociones¨ y el sentimiento de “amor a primera vista” al verla por primera vez. Entonces la trajeron al cuarto. Y aquí va lo que sentí: N A D A Y de pronto empezó a llorar… y no atiné a hacer nada. De manera instintiva se acercó a mí y empezó a tomar leche. Al fin dejó de llorar, pensé. Así pasaron las horas y pasaron las visitas y todos la querían! Pero al parecer… yo no. Antes de que me den de alta, vino una psicóloga a hablar conmigo ya que habían notado algo “raro” en mi actitud. Después de un montón de especulaciones de parte de todos como: Esque es muy joven por eso no entiende la maternidad, esque es muy complicado seguro ya cambiará, es cuestión de tiempo acostumbrase, etc… y un poquito de investigación (soy una loca Google) me di cuenta que era depresión post parto (DPP). Y como varias otras cosas… nadie me había dicho que eso era posible al dar a luz! Así que ahí estaba yo. Los días eran largos y las noches aún más largas. Mientras pasaban las semanas iba conociendo más a Cayetana y nuestra relación se fortalecía con cada mirada y sonrisa. Más pronto de lo que pensé se acabó ese mal rato y pudimos reconocer el vínculo que siempre tuvimos. Empezando a ir al Nido -
Después de muchísimas mañanas con mi hija dando vueltas por la casa, sin hermanos, ni mascotas y prácticamente trepando las paredes, decidí que ya era tiempo de que vaya al nido. Con dos años y medio, algunas mamás (de esas a las que les encanta opinar) me decían: “ay, pero es tan pequeña”, “como la vas a dejar a esa edad”, etc. Alimentaban mi miedo de que algo pudiera pasarle… realmente era muy pequeña? El primer día confirmo que mis miedos eran infundados. Llegamos puntuales y ella miró a su Miss, miró los juegos, me miró a mí y a la puerta a la vez y dijo: ¡Mamá chau, después vienes! Mientras empujaba la puerta para cerrarla. Queee? Estaba confundida. Pensé que al llevarla me sentiría libre, ¡Más tiempo para mí!!! Contrario a lo que yo esperaba, mi corazón se volvió chiquito pensando que ella ya no me necesitaba tanto, que se volvía, de alguna manera, más independiente. Pensé: (insertar frase frase cliché aquí) ¡En qué momento creciste tanto! Luego de un paseo al zoológico, una actuación, actividades de mini cheff, cumpleaños, etc. Me convencí de que había sido una buena decisión para ambas. El proceso fue más difícil para mí que para ella! A todas esas mamás opinólogas: mi hija esta muy bien el nido y no! no era muy pequeña! Y a ti? Como te fue con el nido? A que edad mandaste a tu hijo/a? |
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Septiembre 2019
Categoríasacerca de míSoy una Mamá millenial de 22 años. Estudié administración en BYUI y amo cantar!
Cayetana tiene 3 años y juntas hemos aprendido mil cosas! Aquí les comparto nuestras experiencias. Perú. |